En general, los presocráticos dudan del valor de verdad de la información suministrada por los , ya que consideran que la esencia de las cosas permanece tras las apariencias. El conocimiento que proviene de los sentidos no es verdadero conocimiento, sino opinión: . Por lo tanto, será necesario ir más allá de las apariencias, en busca del verdadero conocimiento: , haciendo uso de otra facultad: la razón o lógos.

Heráclito de , sin ir más lejos, concibe la naturaleza como una permanente entre , que no puede captarse a través de los sentidos, ya que ellos nos dan una visión de la realidad como algo estable. Sin embargo, el lógos, la razón, nos hace reconocer que debajo de esa apariencia , la naturaleza está en perpetuo y movimiento.

La posición de Parménides es radicalmente distinta, sin embargo, al igual que Heráclito, considera que los no nos proporcionan episteme, sino mera doxa. Pero, al contrario que Heráclito, sostiene que son precisamente los sentidos, Vía del , los que nos suministran una visión cambiante de la realidad, lo cual se contradice, según Parménides de , con el conocimiento al que nos conduce la Vía de la , la de la razón, que nos muestra que el ser de la realidad es e inmóvil.

Como vemos, tanto Heráclito como Parménides desconfían de los sentidos y confían en la razón. Sin embargo, se diferencian en las a los que les lleva el uso de la razón al intentar desentrañar el carácter de la realidad, para el de Éfeso la physis está en continúo , para el de Elea es y siempre permanece idéntica.

Llama especialmente la atención el caso de Demócrito de por haberse preocupado más que ninguno de sus colegas por la cuestión del conocimiento, llegando a una explicación del mecanismo por el que se produce el conocimiento. Al igual que los dos anteriores cree que el verdadero conocimiento es el intelectual, el de la razón, porque los sentidos no son capaces de penetrar en la verdadera realidad de las cosas. Lo verdadero, lo real, es la existencia de en continuo movimiento en el . El movimiento de los mismos explica el conocimiento humano del siguiente modo: la sensación nace de imágenes que las cosas producen en el alma mediante el flujo o corriente de que emanan de ellas. Toda sensibilidad se reduce así al : sentimos porque los átomos de las cosas con los átomos de nuestra .