DESCARTES 1596-1650

Retrato de René Descartes. Weenix. 1647-1649. Centraal Museum Utrecht

René Descartes, considerado como "padre de la Filosofía Moderna", nació en La Haye (Touraine) en 1596. Estudió en la escuela jesuita de La Flèche, donde recibió una formación escolástica. Luego estudió Derecho en Poitiers. Concluidos sus estudios, y para “leer en el libro del mundo” participó en la Guerra de los Treinta Años, primero, en el ejército protestante, y luego en el ejército católico del Duque de Baviera.

El 10 de noviembre de 1619, estando acampados en Neuburg, tiene lugar el episodio de la “estufa”, en el que, entregado a sus reflexiones, vislumbra el camino que conduce al fundamento de la ciencia mediante la aplicación de un método similar al de las matemáticas.

Descartes abandonó la filosofía de corte escolástico, para buscar un saber fundado en el modelo del conocimiento matemático. Fue decisivo su encuentro, en 1618-19, con Beeckmann, matemático y físico holandés de formación galileana, a raíz del cual abandonó también su tentación de adentrarse por el camino del ocultismo de inspiración renacentista. A estos años se remonta su elaboración de la geometría analítica.

Las Reglas para la dirección del espíritu fue compuesta entre 1628 y 1629, si bien está inacabada contiene en germen lo fundamental de su pensamiento: las reglas del método, simplificadas posteriormente en el Discurso del Método.

En 1628 se trasladó a Holanda, donde permanecerá hasta un año antes de su muerte. Son años de intensa especulación filosófica, en los que escribe la mayor parte de sus obras.

En 1637 publica tres ensayos: Los Meteoros, La Dióptrica y La Geometría, extraídos de su Tratado del mundo(1633, pero no publicado hasta después de su muerte por temor a la Inquisición). Dichos ensayos van precedidos de un Discurso del método, primera obra filosófica escrita en francés, y no en latín como era la costumbre.  Otras obras escritas en el período holandés son:
·Meditaciones Metafísicas (1641)
·Principios de Filosofía (1644)
·Las Pasiones del Alma (1649)

En 1649, aceptando una invitación de la reina Cristina, pasó a vivir a Estocolmo. El 11 de febrero de 1650 muere en Estocolmo.
Como podemos ver, Descartes vivió en uno de los momentos más turbulentos de la historia europea en el que las monarquías absolutistas (España y Francia) luchaban entre sí por la hegemonía política, escudadas por las guerras de religión entre protestantes y católicos. Descartes luchó en la Guerra de los Treinta Años (1618-1648) tanto en el bando protestante como en el católico, ya que Francia se enfrentaba a España y a los Habsburgo austriacos, y se aliaba, según sus intereses, con daneses, suecos, bávaros y alemanes, independientemente de sus convicciones religiosas. La guerra termina en 1648 con la Paz de Westfalia, que suponía la derrota de los Habsburgo austriacos y españoles, la igualdad entre los estados protestantes y católicos, y la hegemonía política de Francia, que se convertía así en la principal potencia europea con el rey Sol, Luis XIV.

Aun así, el tribunal de la Inquisición, seguía dictando el canon en materia religiosa e incluso llegaba a intervenir en lo relativo al desarrollo científico, de tal manera que, en 1633, condenaron a Galileo por mantener la tesis heliocentrista, razón por la cual Descartes renunció a la publicación de su Tratado del Mundo porque también se mostraba de acuerdo con el movimiento de la Tierra. Sin embargo, a pesar de la censura eclesiástica el desarrollo de la Nueva Ciencia, contraria al aristotelismo-escolásticismo de la época, se iba abriendo paso. Las universidades decaían, pero las Academias iban tomando cada vez más importancia dado que acogían las nuevas corrientes filosóficas y científicas, rechazando el principio de autoridad, recurriendo a la síntesis entre la experimentación y la matematización de los fenómenos físicos. En este sentido Descartes contribuyó de manera notable con su proyecto de Mathesis Universalis. La búsqueda de un método que hiciera progresar el saber humano por un camino seguro se bifurcó en dos corrientes filosóficas de distinto signo: el racionalismo (inaugurado por Descartes) desarrollando un método deductivo de inspiración matemática; y el empirismo (Bacon, uno de sus precursores, aunque hasta Locke no podemos hablar de empirismo moderno, tal como lo conocemos hoy) partidario de un saber fundado en la experiencia e inductivo. El racionalismo se caracteriza por:

a)  Preocupación gnoseológica y metafísica.
b) Absoluta confianza en la Razón como única fuente de conocimiento cierto.
c)  Rechazo del valor de conocimiento de los sentidos.
d)  Creencia en las ideas innatas.
e)  Subjetivismo.
f)   Búsqueda del método (inspirado en las matemáticas)
g)  Recurso a Dios como garantía de conocimiento y creador del mundo.

En el ámbito del arte, se impone la técnica del claroscuro, la ornamentación exagerada y el dinamismo en todas las artes. Es la plenitud del Barroco. Figuras como Rubens, Rembrandt y Velázquez destacan en pintura. A Weenix, pintor holandés, le debemos un óleo de Descartes en 1647, en el que aparece sosteniendo un libro en el que podemos leer “Mundus est fabula”, que guarda una gran relación con el temor de Descartes a que su Tratado del Mundo pudiera ser considerado un atentado contra la teoría geocéntrica de la Iglesia, a la vez que suponía una provocación humorística. En música, son contemporáneos de Descartes, Monteverdi y Charpentier. En literatura, el teatro destaca por un gran desarrollo en figuras como Shakespeare (Ing.), Corneille, Moliere, Racine (Franc.), Calderón y Lope de Vega (Esp). Tanto en Shakespeare como en Calderón encontramos el tema de la vida como sueño, también presente en el inicio de la duda cartesiana.